viernes, 23 de octubre de 2009

DECALOGO

El presente decálogo es resultado de la interpretación de cientos de voces anónimas que se han quedado perdidas como luciérnagas de añoranzas y deseos nacionalistas; quienes integramos la organización nos esforzamos por alcanzar los conceptos que se enuncian, con una finalidad: forjar al mexicano del sexto sol.
 
Constancia.
 
Sé regular en tus hábitos diarios, en tus prácticas espirituales y en tu trabajo. Levántate siempre a la misma hora.
 
Sé saludable, el deporte es un arma fundamental para la formación del hombre nuevo, del mexicano recio, inteligente, culto, progresista y patriota.
 
Sé puntual en tus actividades. Eso te liberará de preocupaciones y ansiedades. Harás siempre lo correcto en su justo momento.
 
Congruencia.
 
Se responsable contigo mismo, deja que tus palabras coincidan con tus pensamientos. Deja que tus acciones coincidan con tus palabras. Deja que haya armonía entre tus pensamientos, palabras y acciones.
 
Sé veraz. Cumple tus promesas. No exageres ni retuerzas los hechos. Piensa dos veces antes de hablar. Habla dulcemente. Sé preciso en lo que dices.
 
Humildad.
 
Sé natural. Habla con sencillez. No retuerzas las palabras, no los tópicos. Sé llano. Evita la diplomacia, el disimulo y la sinuosidad.
 
No alardees de tu nacimiento, posición, cualidades o logros espirituales. Recuerda la naturaleza evanescente de todas las cosas. Elogia a otros. Ve a dios en todos. Trata incluso a la más pequeña de las criaturas como a tu igual.
 
Nunca digas ser más, ni te sientas menos.

Honestidad
 
Busca actuar éticamente, prefiere el honor al dinero; rechaza y combate la manipulación y la corrupción; constituye como un valor superior tú palabra,
 
 
Respeto y tolerancia.
 
La irritabilidad es precursora de violentas explosiones de cólera. Vigila las alteraciones del equilibrio mental. Observa las pequeñas olas de cólera que rizan el lago de tu mente. No permitas que adquieran grandes proporciones. Entonces alcanzarás un estado de no irritabilidad, de paz y amor.
 
Ten calma. Soporta pacientemente el insulto, la injuria, el sufrimiento, el fracaso y la falta de respeto. No te engrías con la alabanza, el éxito y los honores. En ambas situaciones mantén una actitud equilibrada. Obra igual con los amigos y con los enemigos. No dejes nunca que nada disturbe tu paz interior.
 
Tú limite debe estar fundado en el honor, la dignidad y la palabra.
 
Sé tranquilo en tu interior. Deja que esa paz y esa alegría interior irradien a través de un semblante sereno. Un semblante sereno es pacífico, sonriente y serio y no muestra ninguna emoción violenta. Es como la superficie de un lago en calma.
Compromiso
 
Nuestro medio ambiente
 
Sé lo que quieras ser, pero sé el mejor
 

 

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